El Camino de la Libertad

de Laurens Hornemann

Der Weg der Freiheit, von Laurens Hornemann

Extractos de video Youtube traducido por AEL.

Cuando hablamos de luchadores por la libertad cuya biografía está caracterizada por encierros y privación de la libertad pensamos en:

Julian Assange convirtió a WikiLeaks en la fuente de filtración de documentos más conocida en el mundo. Recluido en la embajada de Ecuador de UK de 2013 a 2019. Muere en 2020.

Chelsea Manning (exsoldado) fue declarada culpable en 2013 de espionaje por filtrar documentos militares clasificados. Liberada en 2017.

Eduard Snowden (ex CIA), revela como somos vigilados por vía telefónica e internet. Refugiado en Rusia.

Mahatma Gandhi, el fundador de la no violencia. Mahatma (“alma grande”, en sánscrito) pasó 6 años y 10 meses entre rejas.

Nelson Mandela: luchador empedernido por el apartheid. Pasó 27 años ininterrumpidamente en prisión, 19 de ellos en la prisión de Robben Island, frente a Ciudad del Cabo, en una celda rectangular que era del largo de su estatura. Aprovechó el tiempo y en esa celda hacía gimnasia, estudió la carrera de Abogacía y también hacía aproximadamente 20 minutos diarios de meditación. En algún momento de su estancia se le concede la gracia te recibir visitas y entre ellas recibió a un enviado del gobierno que le propone que deje su activismo por el apartheid a  cambio de su libertad para que pudiera ver a su mujer y a sus hijos qué hacía años y años que no veía. En ese momento Mandela decide quedarse en prisión porque quería luchar por la dignidad y la igualdad de la humanidad. En su mentalidad entraban la dignidad personal y la de toda la humanidad. A partir de ese momento él se siente totalmente libre. Aún sufriendo la prisión externa, ésta nunca le podía arrebatar su libertad interna. En circunstancias muy adversas él sintió que tenía la libertad de elegir la actitud con la cual iba a sobrepasar sus momentos en prisión y de esta manera ser además, un ejemplo para la humanidad. Fue tentado hasta 6 veces de lograr su libertad inmediata a cambio de declinar su activismo, sin embargo ha elegido la prisión en todos los casos.

¿Qué podemos aprender de esta libertad interior y cómo podemos conformarla? No es necesario estar en prisión para conseguir dicha libertad interior. La libertad interior es un camino y cuando uno está en el camino esta logrando la verdadera meta. Aquel que camina conscientemente paso a paso logrará vivir la satisfacción que es llegar a la meta en cada momento. Cuando estamos en el camino de la libertad sentimos que estamos en una vivencia humana fundamental. El reconocimiento de esta vivencia es nuestra verdadera libertad…

Somos libres por naturaleza y hoy estamos inmersos en esa libertad, no debemos hacer absolutamente nada, somos libres…

Ser consciente es lo que nos da la libertad… La libertad necesita de la consciencia de las consecuencias de mis acciones y es entonces cuando la libertad se manifiesta… Mi libertad no es sinónimo de poder hacer lo que quiero…

La toma de conciencia da libertad, no la voluntad. Dijo Rudolf Steiner en su libro Filosofía de la Libertad: libre es aquella persona que toma conciencia, que reconoce…

La mayor de las ciencias no puede ser más que el dominio del arte de vivir, la armonía total con las leyes de la vida, que la conexión con el orden mundial sea máxima y que en ello sintamos una total libertad…

¿Cómo podemos comprender esa libertad que poseemos, no solo como un pensamiento sino como una sensación y una vibración interna en resonancia con todo nuestro actuar diario? Si hay algo que refleja nuestro interior es la forma cómo nos expresamos pues es un signo de la comprensión de la libertad que poseemos por naturaleza. Decimos, por costumbre, que tenemos que hacer tal o cual cosa; tenemos que ir a la panadería antes de que cierre, pero en realidad queremos ir a la panadería para no quedarnos sin pan. Debiéramos erradicar completamente de nuestro vocabulario la palabra “tengo” y reemplazarla por “quiero”. A modo de anclaje podríamos tener en nuestro bolsillo un pedazo de hilo o cuerda y cada vez que me sorprenda utilizando la palabra “tengo” o “puedo” en lugar de “quiero”, hacerle un nudo y observar a lo largo del tiempo y de la toma de conciencia cómo va evolucionando dicha cuerda.

Cuando digo “tengo que” o “no puedo” en lugar de decir “no quiero”, no estoy asumiendo la responsabilidad de mi relato…

Cuando en mi comunicación con otro no utilizó el “tengo que” o el “no puedo” sino que el “quiero” o el “no quiero”, se abre un portal y mi encuentro con el otro es más auténtico. La profundidad del encuentro se vuelve esencial. La sinceridad y la verdad han invadido el encuentro con el otro y se convierte en un encuentro auténtico. Es una increíble suerte tener un encuentro donde no hay juicio.

La verdadera libertad lleva a la interdependencia, a una conexión con la verdad. Libertad sin verdad tiene la tendencia a la independencia. Cuando a la libertad le abrimos las puertas del libre albedrío, se produce una interdependencia entre la gente. La verdadera libertad lleva al amor como expresión de la verdadera interdependencia… Se juntan entonces el Amor, la Verdad y la Libertad como una hermandad y esta es la verdadera expresión de la interdependencia humana.

Cuando deseo algo determinado estoy indefectiblemente involucrando al deseo de otro ser humano. Incluye la voluntad del otro sin estar en contraposición con mi voluntad. Cuando intervienen los egos puede haber contraposición de voluntades. Pero en lo más íntimo de mi ser mi voluntad interior toca e involucra la voluntad interior del otro. Este tema también fue tema en la Filosofía de la Libertad en que Rudolf Steiner habla del individualismo ético. Cuando realmente llego a mi interior puedo tocar el interior de cualquier otra persona, aquello que se muestra en su total y auténtica intimidad. Lo dice Hamlet en la obra de Shakespeare a modo de consejo, se fiel a ti mismo. No debes ser falso hacia ningún otro. Cuando eres fiel a ti mismo eres fiel a la verdadera esencia del otro y entonces quedan involucrados tu libre albedrío con el libre albedrío del otro.

Ese libre albedrío, en amor y autenticidad, se convierte en algo superior que involucra el libre albedrío de la humanidad y esto es la verdadera fuerza de los Héroes de la Libertad en la cual no se sienten solos ni dependientes de su propio egoísmo, sino que de esa fuerza interior que en algún momento se exteriorizará en pos de la libertad personal y de la libertad de la humanidad.

Y en el camino de nuestra propia libertad seremos seguidores de estos Espíritus de la Libertad que nos darán el coraje y las fuerzas necesarias para ello.

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